lunes, 16 de noviembre de 2015

Un espacio donde enseñar y aprender

Hola a todos:

Expongo a continuación algunas sensaciones que compartimos tras la última clase sin incidir en las actividades concretas que preparamos. 

¿Qué se hizo? Como ya ha resaltado algún otro compañero, el primer día que David nos explicó esta actividad me mostré extrañado, sin encontrar el suficiente sentido. Al poner todas nuestras ideas en práctica me di cuenta de la multiplicidad de matices a los que no habíamos atendido. Reconozco que, en mi caso, no asumí la tarea como un escenario real donde me introdujera, sino con la equivocada mentalidad de estar en el Máster junto a compañeros que buscan un mismo objetivo.

¿Cómo se hizo? He dicho equivocada mentalidad, aunque añado "felizmente" equivocada, porque esto nos permitió ver precisamente muchas de esas carencias a las que hacía mención. Aunque nuestra organización como grupo llamó la atención por caótica en algunos momentos, pienso que también fue libre. En principio, no es el ambiente deseado en un aula con adolescentes, sin embargo, fue lo que nos hizo ver las reacciones de cada uno y las soluciones a los problemas colectivos que se iban planteando. Algunos con éxito y otros con pequeños conflictos.

¿Por qué se hizo así? Repito que, ante todo, fuimos libres para enseñar y para aprender, lo cual nos proporcionó tranquilidad y un buen clima para expresarnos, movernos e interactuar. Ninguno se posicionó ajeno o indiferente a lo que allí acontecía, mantuvimos nuestros sentidos receptivos, que a mi parecer es lo más importante. Precisamente, si hay algo que no resulta sencillo en un aula es crear ese clima y originar el interés necesario por el contenido que se planifica.

 Los dos grupos teníamos un planteamiento inicial que, a priori, resultaba eficaz, pero no incluimos la posibilidad de albergar un alumno rebelde en clase, otro que hiciera una pregunta incómoda para la que no teníamos respuesta, ni otros que comentaran todo lo que explicábamos. Situaciones típicas a las que se enfrenta cada día un profesor y que aún no tenemos interiorizadas más allá de los textos que se nos van proporcionando en el Máster.


Por tanto, nos resulta interesante seguir en el camino de la experimentación. Estamos descubriéndonos y descubriendo...

Un saludo,

Carlos Sánchez.

1 comentario:

  1. Por cierto, como actividad que no dominamos propusimos anudar una corbata. Para ello contamos con un tutorial de Youtube y salió una alumna de forma voluntaria. El objetivo era comprobar si sería posible una formación individual, a través de las tecnologías, sin la intervención de un profesor. El resultado fue que la alumna no consiguió hacerse el nudo y solicitaba la ayuda de los propios compañeros. Estamos convencidos de que lo habría logrado tras visionarlo varias veces, pero también nos dimos cuenta de que la calidez humana, la voz y el apoyo de un docente nos parece a día de hoy fundamental para el progreso en el aprendizaje.

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