Con respecto al qué de la actividad, este giró en torno a la enseñanza de tres aspectos: un tema académico, un tema no académico y algo que desconociéramos.
En relación al cómo, pueden observarse dos fases, que se corresponden con las dos sesiones que se dedicaron a esta actividad. Durante el primer día, se formaron los grupos y se eligió aquello que se iba a enseñar. Este primer debate fue muy interesante, pues se puso de manifiesto el interrogante de si realmente se puede enseñar algo que se desconozca (y, a mí, personalmente, me hubiera gustado que esto se hubiera tratado en clase). En el segundo día, nos juntamos con otro de los grupos para que llevar a cabo el intercambio de enseñanzas. En nuestro caso, se prefirió dar la clase en un espacio abierto, el jardín que hay en el aulario María de Guzmán. La primera explicación consistió en enseñar un truco para hacer la tabla del nueve con los dedos de las manos. Primero, la que ejercía de profesora mostró cómo se realizaba y luego los demás lo hicimos y causó una gran sorpresa. Ayudó a romper el hielo. A continuación, un miembro del grupo trajo unos colmillos “de pega” y nos dijo la manera en la que lo había hecho. La actividad que se escogió para explicar algo que no sabíamos hacer fue cómo coser un botón, para lo que llevamos los materiales necesarios (un trozo de tela, un botón, aguja e hilo). Para Héctor, esta actividad fue un poco incómoda, pues a la dificultad de tener que explicar algo que no se sabe, se sumó la presencia del profesor, que estaba tomando notas. El siguiente grupo nos mostró un ejercicio de papiroflexia que consistía en hacer un fantasma con una hoja de papel. Fue una actividad interesante, para la que se presentaron dos voluntarios, que iban siguiendo los pasos de la que actuaba como profesora. La siguiente actividad fue más académica, pues tuvimos que decidir el uso del futuro a partir de unas frases en inglés. Aquí hubo más dispersión por parte de la clase y no nos concentramos mucho en el ejercicio. Finalmente, con un vídeo de internet se nos enseñó cómo se puede hacer un yogur casero. En este caso, los profesores simplemente presentaron el ejercicio, que se desarrolló en el tutorial. Hay que decir que terminamos pronto y luego estuvimos varios miembros de ambos grupos comentando las actividades y otras cuestiones relativas a la asignatura y al Máster.
En cuanto al por qué, surgieron bastantes opiniones. Según Patricia, fue para observar, en primer lugar, nuestra actuación como docentes y, en segundo lugar, para ver si hay diferencias a la hora de impartir conocimientos de distinta índole (académicos, no académicos o cómo enseñar algo que no se sepa).
Héctor Bonilla Mínguez
María Loriente López
Rubén Navarro Mateos
Patricia Pizarroso Acedo
Sofía Ramírez Ramos
Daniel □□□□□□□□□□□□
Hola Patricia,
ResponderEliminarCreo que habéis hecho una revisión más bien de lo que hicimos en clase en la 4ª y 5ª sesión que de vuestra propia experiencia dentro de eso que hicimos, es decir, diseñando y planificando las enseñanzas y llevándolas a cabo, ¿no?
Me llama la atención cuando dices que "se puso de manifiesto el interrogante de si realmente se puede enseñar algo que se desconozca (y, a mí, personalmente, me hubiera gustado que esto se hubiera tratado en clase)". Me pregunto si el generar un espacio para justamente explorar esta cuestión junto a otros compañeros y luego hacer una revisión más formal de lo que ha sido vuestra experiencia entorno a esa cuestión, utilizando varias distinciones, no es una forma de "tratar [ese interrogante] en clase". Yo creo que sí lo ha podido ser en algunos casos, e intuyo también que especialmente en aquellos donde se partiera de una actitud de curiosidad, de indagación, etc.
En lo referente al porqué también mencionáis algo interesante: lo de observar vuestra propia actuación. Creo que es una buena forma de referirse a la tarea que creo que habéis hecho durante la semana pasada y que, en principio, ayer iba a articular la clase. Pero añadiría que no sólo es observar lo que se hace sino, muy importante, interpretar. Y es aquí donde, por así decirlo, cobra valor la propia experiencia y las distinciones con las que "practicar".
Por mi parte creo que puede ser una forma útil de abordar esta y otras cuestiones.
Gracias a los seis por compartir este resultado de vuestra exploración.
Un saludo
David
Me gustaría comentar la parte en la que yo trabajé más, que es la de enseñar algo que no conocemos.
EliminarEnseñar bien siempre requiere una preparación previa de la clase, por lo que enseñar algo que desconozco no es posible; si me he acercado previamente al contenido se trata de enseñar algo en lo que no me considero un especialista. Está claro que, si a mí se me proponen que enseñe las constelaciones dentro de cinco minutos, no soy capaz. Sin embargo, si le dedico una semana o incluso un par de días a ello, algo se puede intentar y, sobre todo, puedo buscar las herramientas necesarias.
En nuestro caso tratamos de enseñar cómo obtener yogur sin desarrollar todo el proceso para elaborarlo, es decir, nos basamos en un consejo "casero" que encontramos en un videoblog para obtener yogur sin necesidad de cocinar nada. Aunque hacer yogur no es complejo, pensamos que los alumnos a los que iba dirigido no iban a tener las herramientas para elaborarlo artesanalmente o tal y como se hace en las industrias especializaas en ello, así que optamos por algo práctico y que realmente pudieran hacer en sus casas.
El proceso fue muy sencillo:
- Les preguntamos qué se necesita para hacer un yogur, cómo se hace y si creían que se podía hacer en casa.
- Escuchamos sus respuestas.
- Les propusimos una manera sencilla de hacer yogur, tomando como ejemplo un video.
- Aclaramos el proceso seguido en el video y resolvimos dudas.
Realmente se podría haber hecho de otra manera, pero creo que para el espacio de tiempo de que disponíamos, el tipo de alumnos y el entorno fue bastante correcto. A parte, el contenido de la clase era muy sencillo y muy visual.
Un saludo