Traducción (mejorable por quien quiera): "Estoy deseando llegar a octavo grado y saber ya todo lo que hay que saber".
¿Qué es para vosotros una buena clase? ¿Cambiaría vuestra respuesta a esta cuestión si pensáis en ella diferentemente como alumno y como profesor? Puede que esta última parezca una pregunta trampa, o quizás sin mucho fundamento, por la obviedad de que para pensar en una clase es necesario tomar una perspectiva desde donde poder hacerlo, bien puede ser esta la de alumno, la de profesor, o... aludiendo a vuestro momento actual, como personas formándose para ser profesores. Puede ser ésta una perspectiva intersante, sencillamente por el hecho de no estar tan delimitada como las dos anteriores. Desde ahí, ¿qué podría ser una buena clase para el chaval rubio de la viñeta?
Ahora, qué interesante puede ser también percatarse de que más allá de la "perspectiva del profesor" y de la "perspectiva del alumno" (o de la "quien enseña" y la de "quien aprende", si es que tal cosa sucede así en la realidad...) hay múltimpes posibles matices, variaciones, sutilezas... y lo que es mejor, unas más importantes que otras. Esto lo ejemplifica perfectamente Kegan cuando habla de lo que distingue o, mejor dicho, lo que hacen de manera distinta ya que distinta es su comprensión del aprendizaje y del desarrollo, los profesores A' con respecto a los A, así como los profesores B' con respecto a los B. Independientemente de que hayan votado a Vox o a Podemos (por tomar un par de ejemplos que conformarían un espectro ideológico) en las pasadas elecciones, es decir, de su ideología (que en parte es una "respuesta" a la propia historia de vida y vivencias culturales de cada uno), hay algo que los puede hacer más diferentes, más útiles para el aprendizaje y en consecuencia desarrollo de sus alumnos como seres humanos.
Algo que desde luego hacen A' y B', aunque luego, por ejemplo, puedan discutir sobre la vestimenta que han de llevar los Reyes Magos en una cabalgata, es que conocen qué pueden hacer sus alumnos, social y cognitivamente, y también dónde empiezan a tener problemas, limitaciones, dónde no llegan. Y, mejor aún, tienen la creatividad, valentía y destreza para ayudarles a "superar" tales limitaciones, que no son más que una manifestación de una forma de entender y de conocer; de manera que les ayudan a avanzar, a complejizar, tal manera de entender y de conocer; a desarrollarse, vaya.
Ahora, querría proponeros el siguiente reto. Leer y notar en qué difieren las siguientes narrativas sobre "qué es una buena clase". Creo que es genial poder trabajar en paralelo a lo que vamos haciendo en clase; oportunidad que nos viene dada por este blog. Así que a ver cómo la aprovechamos.
Tal como los trazos que luego eran formas, y luego formas reconocibles, y luego disposiciones, situaciones sociales, manifestaciones de formas de entender, etc. que fueron vuestros dibujos, así también podéis "jugar" (y necesriamente lo tendréis que hacer; otra cosa hasta dónde y cómo lo hace cada uno) con las siguientes narrativas. Son letras, palabras, frases con sentido, manifestaciones de formas de entender, de preferencias, de limitaciones, etc. Y es ahí donde, para mí, está el interés: ¿Cómo las organizarías de menor a mayor complejidad en relación a cómo entienden lo que es aprender y, en consecuencia, enseñar? ¿Qué es lo que se va haciendo más complejo de una a otra? Podéis empezar, por ejemplo, atendiendo a: ¿Cuáles son las más simples? ¿Y las más compejas? ¿Y las intermedias? ¿Que hace diferencia para vosotros entre ellas?
Luego estaría la cuestión de con cuál os identificáis más cada uno...
Esta sería la propuesta pues. Veremos qué da de sí.
Un saludo!
David
Alumno 1: "La mejor clase que he tenido recientemente era sobre Historia. Era divertida para miporque el profesor nos ayudaba a esquematizar su clase. Todos sabíamos lo que esperaba de nosotros. Su manera de calificar era la misma que el resto de los profesores. Tenía el control de su clase. Los estudiantes se llevaban bien con él y pasaban un tiempo de aprendizaje interesante. Siempre sabíamos lo que teníamos que estudiar y lo que esperaba de nosotros. Su tono de voz no era nunca monótono y su aspecto siempre era brillante. Era genial y fácil llevarse con él."
Alumno 2: “Las discusiones en clase son mejores para aprender. Tienes una lección abierta, donde escuchas al profesor. Entonces los estudiantes pueden contribuir. Escuchar a otros estudiantes contribuir con sus ideas y tomar mis propios apuntes, me facilita el aprendizaje porque me hace pensar más sobre qué haría en esa situación.”
Alumno 3: “Escucho los argumentos a favor, entonces escucho los que están en contra. Entonces entra sólo mi propia perspectiva, si puedo establecer credibilidad. Los demás me influyen, como todos los miembros de un grupo son influidos entre sí. Pero al final tienes que priorizar lo que piensas tú.”
Alumno 4: “Todo es relativo, no hay verdad en el mundo. Así que decidí que la única persona de la que puedes depender eres tú mismo. Cada individuo posee su propia verdad. Nadie tiene derecho a decidir (por ti).”
Alumno 5: “Me gusta escuchar , sólo me siento y tomo notas a partir de unas transparencias. El material está justo ahí. Y si tienes un problema puedes preguntárselo y el te lo explica. Lo oyes, lo ves y entonces lo anotas.”
Alumno 6: “Cuanto más descubres sobre ti, más seguro te encuentras, lo que conduce a una mayor autoconfianza, porque estás cómodo contigo mismo. Estoy más dispuesto a expresar mis ideas y buscar ocasiones donde expresarlas. No tengo miedo de estar dispuesto a decirlo porque es lo que siento… Y considero que también tiene que ver con ser consciente de ti mismo, porque te das cuenta que no importa si otras personas están de acuerdo contigo o no. Puedes pensar y formular ideas por ti mismo, y en último caso, eso es lo que importa. Tienes una mente y la puedes usar. Puedes construir una opinión, y eso es más importante que la opinión en sí. Éste es el tipo de autoconfianza y autoconocimiento.”
Alumno 7: “Me gusta implicarme en la clase. No sólo respondiendo preguntas, también preguntando. Incluso si piensas que lo sabes todo, todavía hay preguntas que hacer. Cuando él pregunta, puedes tratar de responderlas lo mejor posible. No dejes que el profesor sólo hable, haz que te pregunte.”
Alumno 8: “El debate y la discusión son interesantes, aprendo mucho porque recuerdo las preguntas. Y supongo que aprendo más cuando me siento y me fuerzan a levantar la mano para hablar. Tengo que estar sentado y pensar en el tema. Aprendo mejor que en una clase tomando apuntes, eso es regurgitación.”
Alumno 9: “Yo me considero conservador, y otro tío del grupo es bastante liberal. Me dio otra perspectiva sobre la que pensar esto. Él lo veía de una manera y yo de otra. Había que escuchar, de verdad, no sólo oir y dejarlo pasar. Tenerlo en cuenta y tomar una decisión. El tema no era convencer a los otros, ni que tu punto de vista es correcto, sino que tienes que considerar otros porque son relevantes.”
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