Una buena clase - Organización de los alumnos según la complejidad de su idea de aprendizaje y enseñanza.
Tras darle muchas vueltas, aquí está la organización que he establecido. Veo que difiere bastante de la de mis compañeros Alberto y Teresa, lo cual es bastante interesante porque quiere decir que cada uno probablemente hemos atendido a detalles distintos en la descripción de los alumnos.
Como Alberto decía en su entrada, lo relevante de este ejercicio que nos plantea David no es tanto si coincidimos o no, como determinar qué criterio hemos seguido cada uno para configurar nuestra lista y por qué se dan esas diferencias en el orden que hemos elaborado.
Respondiendo primero a la pregunta de David sobre qué es lo que se va haciendo más complejo de una a otra forma de entender el aprendizaje, en mi opinión diría que se trata de la capacidad de los distintos alumnos de contemplar las ideas de los demás como parte del propio proceso educativo. Creo que la diferencia entre unas y otras formas de comprenderlo reside precisamente en la capacidad más o menos desarrollada de considerar, incluso llegando a integrar las opiniones de otros -distintas, contradictorias a las de uno- si refutan las propias, asumiendo un papel activo, concibiendo el debate y la interacción con otros (ya sean los profesores o los compañeros) como campo de trabajo.
Pues bien, dejo a continuación la organización a la que he llegado, por orden de menor a mayor complejidad de su manera de entender lo que es aprender y enseñar:
- Alumno 4: El planteamiento del Alumno 4 es el más simple, ya que prefiere quedarse con “su verdad” en lugar de hacer el esfuerzo que implica considerar otras opciones. No acepta otras opiniones como posibles, ni siquiera si provinieran de una cierta “autoridad” que puediera estar representada por el profesor, como ocurre con otros alumnos.(Es cierto que la concepción de este alumno, me presentaba problemas a la hora de resolverlo, de modo, que no estoy 100% convencida. Por un lado como digo, no ve como opción ninguna otra opinión más que la suya, pero a la vez, ya está asumiendo que aprender no es exclusivamente ir a clase y sentarse para anotar lo que le digan – al menos está poniendo en entredicho que lo que le vayan a decir en clase sea verdad absoluta o no.)
- Alumno 1: El alumno sabe lo que se espera de él y está cómodo en esta situación de hacer lo que se le dice sin cuestionarlo. Valora parte de su experiencia educativa en su relación con el profesor.Para mí, el Alumno 1 condiciona en parte la valoración de su experiencia educativa al hecho de llevarse bien con el profesor, lo que puede estar condicionado a su vez por un mero gusto personal y no por un criterio objetivo. Creo que saber lo tiene que estudiar y lo que se espera de él en todo momento le puede situar en una zona de confort que no le invite a salirse de ese esquema. El planteamiento de clase no parece tan abierto en tanto que parece muy estructurado. Esto puede ser positivo, porque el alumno sabe qué tiene que hacer para sacar la asignatura adelante y no sufre frustraciones por los imprevistos, pero por otro lado, tal vez le fija demasiado los límites en los que moverse, o desarrollar inquietudes que pudieran darse en un planteamiento que esté más abierto a salirse de su esquema inicial. Esta manera de entender lo que es aprender o enseñar es menos compleja que otras, ya que asume el papel del alumno como sujeto pasivo al que se es dicho lo que hay que hacer y hacia dónde encaminar sus esfuerzos, sin considerar si esto es lo que al propio alumno interesa o preocupa. El alumno ni siquiera se plantea otras posibilidades frente a la que vive.También me parece una situación más cómoda para el profesor, quien no se tiene que preocupar de la espontaneidad y la improvisación que implican las preguntas abiertas de los debates (y la tensión que puede generar el desconocimiento de lo que surge) o las clases abiertas, sino que se mueve dentro de la zona que conoce.
- Alumno 5: El planteamiento simplista que este alumno tiene de lo que es enseñar y aprender es prácticamente igual al anterior, ya que hace estrictamente lo que le dicen, sin mayores implicaciones. Entiende que aprender es ir a clase, escuchar y anotar lo que le dicen, tan simple como, en sus propias palabras, sentarse y tomar nota. Esta manera de entender la enseñanza y el aprendizaje supone que el alumno sea un sujeto pasivo que no cuestione nada de lo que se le dice, y que por tanto, sea un mero receptor de información que no se implique en el debate porque no lo ve como opción. Con respecto al anterior, al menos concibe la posibilidad de preguntar, de interactuar con el profesor si le surge alguna duda.
- Alumno 3: Se deja influir por otros comentarios pero al final, es su propia opinión la que es válida.Tiene una actitud más abierta con respecto a los anteriores, ya que está abierto a escuchar y dejarse influir mínimamente; sin embargo, considera que su opinión es finalmente la que hay que priorizar.Este planteamiento es algo más complejo que cerrarse a escuchar a los demás como en el caso del alumno 4, pero aún no lo suficiente como para que el alumno sea capaz de rebatir su propia opinión tras reflexionar con los argumentos de los demás.
- Alumno 2: El Alumno 2 considera que discutir y participar mejora el aprendizaje. Concibe la clase abierta a las preguntas y la contribución de todos los miembros del grupo como beneficiosa. Entiende la contribución de los otros estudiantes como positiva para sí mismo. Se trata de un planteamiento más complejo, ya que asume un papel pensante y no simplemente de receptor. Este planteamiento asume un papel más activo del alumno en comparación con aquel que se conforma con hacer lo que le es dicho o impuesto. Sin embargo, este alumno no contempla la posibilidad de entrar en la discusión por sí mismo.
- Alumno 9: Desde el anterior (alumno 2) a este, vemos un paso más en el nivel de complejidad con que concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entiende que este proceso implica saber escuchar e incluso considerar los argumentos de otros para tomar decisiones (de modo que se deja influir más que los alumnos 3 y 2). De hecho, considera perspectivas que son bastante contrarias a las suyas, pero asume que son relevantes, que hay verdad en ellas, y que en una clase no basta con imponer tus propias ideas. No sólo le hacen pensar los argumentos de sus compañeros (como en el caso del alumno 2) sino que además, son influyen en sus decisiones.
- Alumno 8: “El debate y la discusión son interesantes, aprendo mucho porque recuerdo las preguntas. Y supongo que aprendo más cuando me siento y me fuerzan a levantar la mano para hablar. Tengo que estar sentado y pensar en el tema. Aprendo mejor que en una clase tomando apuntes, eso es regurgitación.”Implica un nivel mayor de complejidad en cuanto que, con respecto al alumno anterior (9) contempla la posibilidad de levantar la mano y entrar en la discusión. Es más, no sólo habla de discusión (como el 2) que es más abrupta, sino también de debate, lo que implica más organización -escuchando a todos los participantes sin imponer una idea-, y la búsqueda de una conclusión. Entiende que ir más allá de considerar y pensar, es decir, hablando y contribuyendo activamente, aprende más.
- Alumno 6: Autoconocimiento y autoconfianza para construir pensamientos y opiniones, sin miedo a exponerlas a otra gente. Consideración de la libertad de expresión y de la capacidad de pensar más importante que la opinión en sí.Creo que la concepción del alumno 6 representa un grado bastante alto de complejidad y sobre todo de madurez, en tanto que concibe el aprendizaje como un descrubrimiento de uno mismo y por tanto, una reafirmación o concepción integral de sus ideas. El proceso de construcción de su identidad es lo que le da confianza, poniendo como más importante la propia capacidad de pensar y expresarse libremente que la opinión en sí.
- Alumno 7: Este creo que es el planteamiento más complejo de los recogidos en la lista. El alumno contempla la posibilidad de lo imprevisto, de lo que surge sobre la marcha, en un debate o conversación en la que no sólo escucha sino también contribuye, y no sólo con opiniones sino con preguntas, lo que implica una mayor reflexión de lo que se escucha. Sale de su zona de confort donde se limita a hacer lo que le dicen y a permanecer sentado en clase transcribiendo todo lo que le dictan, para entrar en una situación donde tiene que pensar, reflexionar y probablemente haber preparado previamente sus argumentos, así como aceptar la posibilidad de tener que continuar después trabajando para fortalecer sus razonamientos.
La
forma en que se concibe el aprendizaje y por tanto la enseñanza es
algo así como una relación recíproca, en la que todas
las
partes (profesor y alumnado)
opinan, discuten, preguntan y escuchan en igual medida. De
hecho, en su nivel de madurez, acepta que siempre hay más cosas
que
aprender, lo que le sitúa en una posición humilde desde la que
sabrá escuchar y aceptar que hay otros que pueden tener mejores
razones de peso o argumentos en un tema. Finalmente, el alumno 7 entiende la participación y las preguntas como un reto: "Cuando él pregunta, puedes tratar de responder lo mejor posible", lo que le lleva a superarse a sí mismo.
Esta última manera de concebir el proceso enseñanza-aprendizaje es con el que más me identifico (también con el que representa el alumno 6) de los que se presentan.
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Eso es todo. Espero que tenga sentido para alguno de vosotros.
Estimada Ángela, para mi tu organización tiene mucho sentido; de hecho, voy a publicar en él mi organización dada que es prácticamente igual. Estoy muy de acuerdo con la mayoría de tus comentarios, así que, a continuación, aportaré mi visión y comentaré un cambio de orden en la lista.
ResponderEliminarAlumno 4: para mí también es el más simple. Además de lo que expones, son cosas diferentes decidir por uno mismo, que sólo depender de ti mismo. Cuanto más sepamos del mundo, más nos daremos cuenta de lo que falta por conocer, de la cantidad de cosas que nos quedan por explorar.
Alumno1: Exacto!! En conclusión, para mí es un… “¿y qué hay de divertido?” Dónde dejamos hueco a la creatividad, espontaneidad, preguntas para explorar juntos, etc., si todo viene dado por el profesor, ya sabemos que hay que hacer, y cómo proceder.
Alumno 5: pasividad 100%!! ¿dónde queda la participación activa, trabajo en grupo, discusiones, el enriquecimiento a través de las aportaciones del alumnado?
Alumno 3: ERROR!!! Hay que ser flexible y dejarse llevar, si solo nos centramos en nuestra idea no avanzaremos, lo importante para crecer con nuestra idea es conocer criticas de nuestro punto de vista, conocer otras perspectivas para así ver que en donde hemos de poner énfasis, conocer otras opiniones ayuda a conocer los puntos débiles y fuertes de nuestra propia opinión. Estoy totalmente de acuerdo contigo, su actitud es más abierta pero no lo suficiente.
*** (ESTE ES MI CAMBIO) Alumno 8: aunque creo que el alumno 2-8-9 están en una complejidad intermedia, establezco primero al 8 porque considero que no hay que forzar a los alumnos, hay que suscitar y despertar interés… motivación!! Y el debate sale solo, podría decir que llega a ser casi imparable. xD!
Alumno 2: Escuchar a otros y debatir sobre un tema considero que es una de las actividades más enriquecedoras, ya que, a partir de otras perspectivas diferentes, cambiamos de parecer, o reformulamos nuestra perspectiva, o indagamos y exploramos más para defender nuestro punto de vista…en cualquier caso nos lleva a ir más allá.
Alumno 9: tal cual lo has expuesto! todo es importante a considerar y más cuando trabajamos en grupo y vivimos en sociedad.
Alumno 6: para mí también representa un grado bastante alto de complejidad. Conocerse a uno mismo es de los procesos más complejos que existen. Desarrollar autoconfianza y autoconocimiento creo que llevan a un proceso de aprendizaje autorregulado donde uno es el mediador de su propio aprendizaje.
Alumno 7: ¡Totalmente de acuerdo contigo! La implicación es causa de un interés, el cual ayuda al propio proceso de aprendizaje. Tal y como dijo Rousseau “el interés es el gran promotor, el único que conduce seguro y adelante” (citado en Dar clase con la boca cerrada, Finkel).
Quizás puedo decir que con el que más me identifico es con los alumnos 6 y 7; pero si es verdad, que he de admitir que, si miro atrás y pienso, analizo, exploro mi proceso de aprendizaje, en su mayoría están presentes las concepciones que presentan otros alumnos; me atrevería a decir, que con aquellas concepciones más simples. No obstante, quizás han sido éstas las que me han ayudado a llegar a concepciones más complejas, sumando las experiencias más recientes en dicho proceso.