martes, 12 de enero de 2016

"Una buena clase" - De menor a mayor complejidad

Buenos días a todos.
La verdad es que si el término "complejidad" ya genera controversia y causó ayer tarde bastantes discrepancias dentro de mi grupo de discusión y también entre otrxs alumnxs de la clase, la cuestión de qué consideramos buena/mala clase y sobre todo, por qué, puede levantar aún más ampollas. Si me propusiera responder a la pregunta que planteaba David en el comienzo de su entrada (qué es para mí una buena clase) me temo que no acabaría de encontrar una respuesta que me satisficiera lo suficiente como para darle a "publicar".
La propuesta de categorizar las aportaciones reales o imaginarias de otros que viven una situación similar a la nuestra resulta una tarea mucho más factible y cómoda, aún sin haberse desprendido de la complejidad intrínseca en ella.
 Así pues, tras leer las narrativas de los 9 alumnxs -y sin haber revisado las categorías que han establecido mis compañerxs antes que yo, para evitar que me influyan en sus percepciones- ordenaré de menor a mayor complejidad cada una de sus ideas:

 Complejidad baja: Alumno 5: “Me gusta escuchar , sólo me siento y tomo notas a partir de unas transparencias. El material está justo ahí. Y si tienes un problema puedes preguntárselo y el te lo explica. Lo oyes, lo ves y entonces lo anotas.” Es la idea de clase más sencilla que existe (digerir sin masticar) y al mismo tiempo, en mi opinión, la menos buena ya no sólo para el alumno, que no verá de modo alguna contribución de ella en su desarrollo, sino también para el profesor que habrá fracasado como docente.

Complejidad baja: Alumno 1: "La mejor clase que he tenido recientemente era sobre Historia. Era divertida para miporque el profesor nos ayudaba a esquematizar su clase. Todos sabíamos lo que esperaba de nosotros. Su manera de calificar era la misma que el resto de los profesores. Tenía el control de su clase. Los estudiantes se llevaban bien con él y pasaban un tiempo de aprendizaje interesante. Siempre sabíamos lo que teníamos que estudiar y lo que esperaba de nosotros. Su tono de voz no era nunca monótono y su aspecto siempre era brillante. Era genial y fácil llevarse con él." Este alumno quizá priorice sus expectativas, lo que cree que los demás esperan de él y las valoraciones de su aprendizaje que realizan los profesores que su propia percepción evaluativa. Creo que sería el tipo de alumno al que una autoevaluación como la que propuso David generaría una gran incomodidad o descontento.

Complejidad baja: Alumno 2: “Las discusiones en clase son mejores para aprender. Tienes una lección abierta, donde escuchas al profesor. Entonces los estudiantes pueden contribuir. Escuchar a otros estudiantes contribuir con sus ideas y tomar mis propios apuntes, me facilita el aprendizaje porque me hace pensar más sobre qué haría en esa situación.” En este caso se introduce la aportación de los demás y la capacidad de escucha y reflexión. Pero a pesar de eso, la complejidad en el proceso de aprendizaje sigue siendo baja porque se mantiene la idea de "tomar apuntes", de materializar en palabras ideas y conceptos que trascienden lo meramente semántico.

Complejidad media: Alumno 8: “El debate y la discusión son interesantes, aprendo mucho porque recuerdo las preguntas. Y supongo que aprendo más cuando me siento y me fuerzan a levantar la mano para hablar. Tengo que estar sentado y pensar en el tema. Aprendo mejor que en una clase tomando apuntes, eso es regurgitación.” Siguiendo la línea del alumno anterior, este complica levemente el aprendizaje en el momento en que reconoce que regurgitar no contribuye de modo alguno a aprender, pero falla, desde mi punto de vista, al esperar la llamada del profesor. Esa sensación de "participación obligada" aporta poco valor a la comunicación efectiva en el aula...y al desarrollo cognitivo del alumno.

Complejidad media: Alumno 4: “Todo es relativo, no hay verdad en el mundo. Así que decidí que la única persona de la que puedes depender eres tú mismo. Cada individuo posee su propia verdad. Nadie tiene derecho a decidir (por ti).” Sin duda este alumno tiene las cosas claras y eso es, ya de por sí, suficientemente difícil. La complejidad aumenta cuando cierra las puertas a que otras "verdades" entren en discusión y se establezca un verdadero debate de opiniones (y no una lucha de "verdades"). Hay muchas cuestiones que, desde mi honesta opinión, este alumno debería revisar...

Complejidad media: Alumno 3: “Escucho los argumentos a favor, entonces escucho los que están en contra. Entonces entra sólo mi propia perspectiva, si puedo establecer credibilidad. Los demás me influyen, como todos los miembros de un grupo son influidos entre sí. Pero al final tienes que priorizar lo que piensas tú.” Este alumno, a diferencia del anterior, introduce la tolerancia en el debate, lo cual supone una complejidad añadida, aunque en efecto sigue careciendo de la distancia necesaria de sus propias concepciones y de la importancia de la influencia externa o incluso de la pregnancia o de cómo percibir realidades de manera diferente, de crear opiniones nuevas.

Complejidad alta: Alumno 7: “Me gusta implicarme en la clase. No sólo respondiendo preguntas, también preguntando. Incluso si piensas que lo sabes todo, todavía hay preguntas que hacer. Cuando él pregunta, puedes tratar de responderlas lo mejor posible. No dejes que el profesor sólo hable, haz que te pregunte.” Este alumno tiene una disposición muy favorable hacia lo que yo podría considerar un buen aprendizaje (la capacidad de reconocer que no se sabe todo y la eterna cuestión pendiente encaminan al individuo hacia un aprendizaje pleno y efectivo. Sólo le falla algo, a mi juicio, y es, de nuevo, la apelación al profesor y el protagonismo otorgado a su figura. "Hacer que el profesor te pregunte" no sirve más que para reafirmar al alumno como "receptor" en el proceso comunicativo de la enseñanza y es una cuestión que no comparto del todo.

Complejidad alta: Alumno 9: “Yo me considero conservador, y otro tío del grupo es bastante liberal. Me dio otra perspectiva sobre la que pensar esto. Él lo veía de una manera y yo de otra. Había que escuchar, de verdad, no sólo oir y dejarlo pasar. Tenerlo en cuenta y tomar una decisión. El tema no era convencer a los otros, ni que tu punto de vista es correcto, sino que tienes que considerar otros porque son relevantes.” Este alumno empieza a situarse en un nivel de complejidad notable. Olvidarse de la persuasión y centrarse en la comunicación como modo de compartir ideas y opiniones. Reflexionar sobre lo que uno piensa y también sobre lo que piensan los demás, permaneciendo siempre dispuesto a poner en cuestión las ideas preconcebidas y las propias percepciones de la realidad. La tolerancia y la apertura de puertas (con su cauce abierto tanto de entrada como de salida) es el primer paso hacia una "buena clase" o un "buen entendimiento" de lo que es aprender.

Complejidad alta: Alumno 6: “Cuanto más descubres sobre ti, más seguro te encuentras, lo que conduce a una mayor autoconfianza, porque estás cómodo contigo mismo. Estoy más dispuesto a expresar mis ideas y buscar ocasiones donde expresarlas. No tengo miedo de estar dispuesto a decirlo porque es lo que siento… Y considero que también tiene que ver con ser consciente de ti mismo, porque te das cuenta que no importa si otras personas están de acuerdo contigo o no. Puedes pensar y formular ideas por ti mismo, y en último caso, eso es lo que importa. Tienes una mente y la puedes usar. Puedes construir una opinión, y eso es más importante que la opinión en sí. Éste es el tipo de autoconfianza y autoconocimiento.” Creo que este alumno es el que mejor ha entendido el aprendizaje y el que, sin ningún lugar a dudas, mayor provecho extraerá de él. Lejos de dogmatizar, creo que sería un perfecto modelo a seguir y creo que el "tipo" de alumno deseado por cualquiera de nosotros, futuros profesores. Más allá de ello, podría corresponder también al "tipo" de profesor que todos deberíamos conseguir llegar a ser y por extensión, de persona. Pero no es fácil, de ahí el máximo nivel de complejidad. Llegar hasta aquí supone quizá haber pasado previamente por todos los niveles anteriores, es decir, llegar a ser el alumno número 6 quizá implique haber sido antes el alumno 5, 1, 2, 8, 4 , 3, 7 y 9, esto es, un viaje, un proceso, que en el fondo, es lo que es el aprendizaje.


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