Una tarea para indagar reflexivamente…
La reflexión
que realizamos en conjunto: Cristina Bahón, Ángela Nieva y María Jesús Gómez, (especialidad
Inglés), sobre la actividad que consistía en enseñar a un grupo de alumnos y
aprender, se resume en los siguientes puntos:
¿Qué se hizo?
En
primer lugar, con nuestro grupo inicial decidimos qué tareas llevar a cabo para
cada apartado, es decir, presentamos tres temas: un contenido académico y uno no
académico que conociésemos y un contenido que desconociésemos totalmente.
Algunas de las preguntas que se hizo la compañera Cristina con respecto al
último apartado fue, cómo se podía enseñar algo que se desconocía y en ese
caso, si uno debería aprender lo que se desconoce. En cuanto a la elección de
los temas a impartir, fue tarea fácil porque no nos costó ponernos de acuerdo y
sugerir entre todas diferentes propuestas. El grupo estaba compuesto por tres
compañeras más de la especialidad de Lengua y Literatura.
¿Cómo se hizo?
En
segundo lugar, nos organizamos con el otro grupo por turnos, es decir, ellos
comenzaron a enseñar y cuando acabaron el tercer apartado, intercambiamos roles
siendo entonces nosotros los encargados de instruir las tareas programadas.
Iniciamos la actividad con el grupo que hacía de alumnos sentados y los profesores
de pie, hecho que, como ya se comentó en clase, resultaba bastante llamativo
porque decía mucho de la percepción e identidad que tenemos del profesor, de
nosotros mismos como profesores y del comportamiento que debe seguir el alumno
dentro de clase. Esto también responde a la pregunta: ¿cuándo empezaban las clases? dentro de nuestro grupo de trabajo.
Nuestro
grupo presentó la primera actividad cuando los compañeros se sentaron; era una metodología inductiva, consistía en dividirlos en dos grupos y elegir a una persona de entre ellos
para representar mímicamente las palabras escritas que les facilitábamos para intentar
que los integrantes de su grupo la adivinaran. Algunas de estas palabras eran
verbos, otras nombres y otras adjetivos. Después de adivinar todas las
palabras, se les preguntó a los alumnos si eran capaces de ver algún patrón,
algo que fuese común a todas las palabras o a algunas de ellas. Los alumnos
dijeron que las más fáciles de representar usando mímica eran los verbos porque
eran acciones. Esta actividad serviría como introducción para enseñar un tema
académico: “el verbo”.
La
segunda actividad consistía en realizar una pajarita de papel. Los alumnos solo
debían seguir las instrucciones y los diferentes pasos del profesor. Mientras
construían la pajarita, se les preguntaba sobre su experiencia con este tipo de
actividades, si les interesaba la papiroflexia, qué sabían sobre este arte,
etc.
La
tercera y última actividad trataba sobre los videojuegos y sus posibles
funciones a la hora de aprender un idioma. Se generó un pequeño debate sobre
las ventajas y desventajas de los videojuegos y curiosamente, uno de los
alumnos había realizado un trabajo sobre la utilidad de los videojuegos para
aprender inglés, por lo que el debate fue muy interesante y estimulante.
Cabe
destacar la aportación personal de Ángela que comentaba que bajo su punto de
vista, una clase podría definirse como
cualquier situación en la que el alumno es capaz de construir su propio
conocimiento a partir de un estímulo. En cuanto a la información, si se considera información a todo aquello que crea un
estímulo, podríamos decir que desde la perspectiva del profesor quizás todo es
información, pues su principal propósito sería que esa información generara un
estímulo en los alumnos. Desde el punto de vista de los alumnos, quizás solo
aquello que les sirvió de estímulo para construir conocimiento podría
considerarse información. Así, podríamos decir que cada alumno consideraría
información a cosas totalmente diferentes. Con respecto a la relación profesor-alumno y
profesor-profesor, coincidimos que al principio se podía dar una relación
de desigualdad en el sentido de que el profesor ejercía autoridad sobre los
alumnos. Sin embargo, en el transcurso de las diferentes actividades, la única
manera con la que se podía diferenciar a los alumnos de los profesores era la
disposición de ambos. De hecho, en la actividad tres, hubiera sido difícil
distinguirnos a unos de otros si todos los componentes hubiéramos estado
sentados o de pie. Por otro lado, la relación profesor-profesor fue muy
amigable. Nos ayudamos, añadiendo comentarios interesantes o aportando nuevas
ideas e información.
Bajo la perspectiva del rol de alumno, pensamos que los compañeros también crearon un buen ambiente y nos transmitieron
conocimientos de forma lúdica. Empezaron con una canción en inglés (serie Big
Bang Theory) incompleta para rellenar los huecos con verbos en pasado simple y
acabaron con un debate sobre la teoría del Big Bang. Las tres actividades siendo diferentes compartían la misma temática.
Creo que todos disfrutamos bastante la
experiencia. Ambos grupos, además, negociamos tareas dinámicas e interactivas
que causó que nos excediéramos del tiempo establecido, de 7 a 10 minutos, sin
darnos cuenta.
Un
aspecto a destacar sería la identificación de cada uno con el papel que tenía
en cada determinado momento, la figura del profesor era compartida por varias
personas lo que nos sacaba de la rutina a la que estamos acostumbrados de
recibir órdenes de normalmente solo una persona. Esto también, como se comentó
anteriormente en el blog por otros compañeros, causaba distracción a pesar de
la buena complementación que pudiese existir entre todos. Cabe señalar que el comportamiento de cada uno como alumno fue común en relación a nuestra edad, la participación por parte de todos estuvo presente.
¿Por qué se hizo?
Finalmente,
creemos que llevamos a cabo esta oportunidad para experimentar lo que puede ser
el campo de la enseñanza. Además, no trabajamos individualmente sino en grupo,
exponiendo todos juntos el tema, y convirtiéndonos 6 personas en profesores
exponiendo simultáneamente, de modo que pudimos sentir y entender como es
trabajar y cooperar juntos en equipo. También, fue interesante observar a los
diferentes componentes del grupo y observar cómo se comportaba cada uno cuando
le tocaba desempeñar el papel de alumno y de profesor. Compartimos que los
alumnos muchas veces dirigían la clase y “construían el contenido”. En el caso
de la primera actividad, el ejercicio de la mímica, si entendemos que los
alumnos son los que construyen y reconstruyen el conocimiento a partir de unos
conocimientos previos gracias a un estímulo, la finalidad de esta actividad era
generar dicho estímulo a través de una actividad dinámica, participativa e
interactiva que resultara atractiva para el alumno. En el caso de la actividad de
discusión, los alumnos lo llevaban a un terreno que conocían y que les resultaba
más interesante.
Feedforward: Creo
que nuestras expectativas eran que la clase fuera estimulante, entretenida,
motivadora, que los alumnos participaran activamente, que construyeran y
generaran su propio conocimiento, sacando sus propias hipótesis.
Feedback: En general
diríamos que las expectativas se cumplieron. Los alumnos a través de sus
comentarios y de su participación en las diferentes actividades nos dieron a
entender que las actividades habían resultado muy interesantes, estimulantes,
útiles y qué habían generado un estímulo para construir conocimiento.
Por
supuesto, hay cosas que desde nuestro punto de vista se podrían haber mejorado; por
ejemplo: el control del tiempo, ya que en el caso de la tercera actividad no
tuvimos el suficiente para desarrollar la actividad de una manera más satisfactoria.
¿Qué se considera como cierto,
necesario, importante, relevante?
Consideramos
relevante que el alumno sienta una motivación para construir su propio
conocimiento. Necesita ser estimulado y relacionar lo que ya sabe previamente
con los conocimientos nuevos que va a adquirir, un ambiente en el que pueda
participar e interactuar con los demás; creándose así un espacio dinámico.
Creencias sobre cómo se aprende.
Esta
pregunta estaría relacionada con la anterior. Es importante que el alumno
encuentre una motivación para aprender, preferiblemente interna. Es necesario
que el alumno sienta un estímulo que le incite a construir su propio
conocimiento, y a hacer partícipes a los demás en ese proceso de construcción;
que sienta que ese conocimiento que está generando tiene una utilidad, que es
algo pragmático y que le sirve para desarrollarse como persona.
Identidad, ¿qué dice esta clase de ti?
A
pesar de haber dispuesto de poco tiempo para la organización, creo que no nos
resultó difícil trabajar en equipo. En base a esta clase, coincidimos en que todas
queríamos mostrar la imagen de una profesora organizada, interesada por
sus alumnos, que trata de hacer que los alumnos participen y construyan su
propio conocimiento, resultando en una clase estimulante y que, aunque en ciertas
ocasiones lleva las riendas, muchas veces pasa el testigo a sus alumnos.
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