lunes, 7 de diciembre de 2015

Una tarea para indagar reflexivamente…
La reflexión que realizamos en conjunto: Cristina Bahón, Ángela Nieva y María Jesús Gómez, (especialidad Inglés), sobre la actividad que consistía en enseñar a un grupo de alumnos y aprender, se resume en los siguientes puntos:
¿Qué se hizo?
En primer lugar, con nuestro grupo inicial decidimos qué tareas llevar a cabo para cada apartado, es decir, presentamos tres temas: un contenido académico y uno no académico que conociésemos y un contenido que desconociésemos totalmente. Algunas de las preguntas que se hizo la compañera Cristina con respecto al último apartado fue, cómo se podía enseñar algo que se desconocía y en ese caso, si uno debería aprender lo que se desconoce. En cuanto a la elección de los temas a impartir, fue tarea fácil porque no nos costó ponernos de acuerdo y sugerir entre todas diferentes propuestas. El grupo estaba compuesto por tres compañeras más de la especialidad de Lengua y Literatura.
¿Cómo se hizo?
En segundo lugar, nos organizamos con el otro grupo por turnos, es decir, ellos comenzaron a enseñar y cuando acabaron el tercer apartado, intercambiamos roles siendo entonces nosotros los encargados de instruir las tareas programadas. Iniciamos la actividad con el grupo que hacía de alumnos sentados y los profesores de pie, hecho que, como ya se comentó en clase, resultaba bastante llamativo porque decía mucho de la percepción e identidad que tenemos del profesor, de nosotros mismos como profesores y del comportamiento que debe seguir el alumno dentro de clase. Esto también responde a la pregunta: ¿cuándo empezaban las clases? dentro de nuestro grupo de trabajo.
Nuestro grupo presentó la primera actividad cuando los compañeros se sentaron; era una metodología inductiva, consistía en dividirlos en dos grupos y elegir a una persona de entre ellos para representar mímicamente las palabras escritas que les facilitábamos para intentar que los integrantes de su grupo la adivinaran. Algunas de estas palabras eran verbos, otras nombres y otras adjetivos. Después de adivinar todas las palabras, se les preguntó a los alumnos si eran capaces de ver algún patrón, algo que fuese común a todas las palabras o a algunas de ellas. Los alumnos dijeron que las más fáciles de representar usando mímica eran los verbos porque eran acciones. Esta actividad serviría como introducción para enseñar un tema académico: “el verbo”.
La segunda actividad consistía en realizar una pajarita de papel. Los alumnos solo debían seguir las instrucciones y los diferentes pasos del profesor. Mientras construían la pajarita, se les preguntaba sobre su experiencia con este tipo de actividades, si les interesaba la papiroflexia, qué sabían sobre este arte, etc.
La tercera y última actividad trataba sobre los videojuegos y sus posibles funciones a la hora de aprender un idioma. Se generó un pequeño debate sobre las ventajas y desventajas de los videojuegos y curiosamente, uno de los alumnos había realizado un trabajo sobre la utilidad de los videojuegos para aprender inglés, por lo que el debate fue muy interesante y estimulante.
Cabe destacar la aportación personal de Ángela que comentaba que bajo su punto de vista, una clase podría definirse como cualquier situación en la que el alumno es capaz de construir su propio conocimiento a partir de un estímulo. En cuanto a la información, si se considera información a todo aquello que crea un estímulo, podríamos decir que desde la perspectiva del profesor quizás todo es información, pues su principal propósito sería que esa información generara un estímulo en los alumnos. Desde el punto de vista de los alumnos, quizás solo aquello que les sirvió de estímulo para construir conocimiento podría considerarse información. Así, podríamos decir que cada alumno consideraría información a cosas totalmente diferentes. Con respecto a la relación profesor-alumno y profesor-profesor, coincidimos que al principio se podía dar una relación de desigualdad en el sentido de que el profesor ejercía autoridad sobre los alumnos. Sin embargo, en el transcurso de las diferentes actividades, la única manera con la que se podía diferenciar a los alumnos de los profesores era la disposición de ambos. De hecho, en la actividad tres, hubiera sido difícil distinguirnos a unos de otros si todos los componentes hubiéramos estado sentados o de pie. Por otro lado, la relación profesor-profesor fue muy amigable. Nos ayudamos, añadiendo comentarios interesantes o aportando nuevas ideas e información.
Bajo la perspectiva del rol de alumno, pensamos que los compañeros también crearon un buen ambiente y nos transmitieron conocimientos de forma lúdica. Empezaron con una canción en inglés (serie Big Bang Theory) incompleta para rellenar los huecos con verbos en pasado simple y acabaron con un debate sobre la teoría del Big Bang. Las tres actividades siendo diferentes compartían la misma temática.
Creo que todos disfrutamos bastante la experiencia. Ambos grupos, además, negociamos tareas dinámicas e interactivas que causó que nos excediéramos del tiempo establecido, de 7 a 10 minutos, sin darnos cuenta.
Un aspecto a destacar sería la identificación de cada uno con el papel que tenía en cada determinado momento, la figura del profesor era compartida por varias personas lo que nos sacaba de la rutina a la que estamos acostumbrados de recibir órdenes de normalmente solo una persona. Esto también, como se comentó anteriormente en el blog por otros compañeros, causaba distracción a pesar de la buena complementación que pudiese existir entre todos. Cabe señalar que el comportamiento de cada uno como alumno fue común en relación a nuestra edad, la participación por parte de todos estuvo presente.
¿Por qué se hizo?
Finalmente, creemos que llevamos a cabo esta oportunidad para experimentar lo que puede ser el campo de la enseñanza. Además, no trabajamos individualmente sino en grupo, exponiendo todos juntos el tema, y convirtiéndonos 6 personas en profesores exponiendo simultáneamente, de modo que pudimos sentir y entender como es trabajar y cooperar juntos en equipo. También, fue interesante observar a los diferentes componentes del grupo y observar cómo se comportaba cada uno cuando le tocaba desempeñar el papel de alumno y de profesor. Compartimos que los alumnos muchas veces dirigían la clase y “construían el contenido”. En el caso de la primera actividad, el ejercicio de la mímica, si entendemos que los alumnos son los que construyen y reconstruyen el conocimiento a partir de unos conocimientos previos gracias a un estímulo, la finalidad de esta actividad era generar dicho estímulo a través de una actividad dinámica, participativa e interactiva que resultara atractiva para el alumno. En el caso de la actividad de discusión, los alumnos lo llevaban a un terreno que conocían y que les resultaba más interesante.
Feedforward: Creo que nuestras expectativas eran que la clase fuera estimulante, entretenida, motivadora, que los alumnos participaran activamente, que construyeran y generaran su propio conocimiento, sacando sus propias hipótesis.
Feedback: En general diríamos que las expectativas se cumplieron. Los alumnos a través de sus comentarios y de su participación en las diferentes actividades nos dieron a entender que las actividades habían resultado muy interesantes, estimulantes, útiles y qué habían generado un estímulo para construir conocimiento.
Por supuesto, hay cosas que desde nuestro punto de vista se podrían haber mejorado; por ejemplo: el control del tiempo, ya que en el caso de la tercera actividad no tuvimos el suficiente para desarrollar la actividad de una manera más satisfactoria.
¿Qué se considera como cierto, necesario, importante, relevante?
Consideramos relevante que el alumno sienta una motivación para construir su propio conocimiento. Necesita ser estimulado y relacionar lo que ya sabe previamente con los conocimientos nuevos que va a adquirir, un ambiente en el que pueda participar e interactuar con los demás; creándose así un espacio dinámico.
Creencias sobre cómo se aprende.
Esta pregunta estaría relacionada con la anterior. Es importante que el alumno encuentre una motivación para aprender, preferiblemente interna. Es necesario que el alumno sienta un estímulo que le incite a construir su propio conocimiento, y a hacer partícipes a los demás en ese proceso de construcción; que sienta que ese conocimiento que está generando tiene una utilidad, que es algo pragmático y que le sirve para desarrollarse como persona.
Identidad, ¿qué dice esta clase de ti?
A pesar de haber dispuesto de poco tiempo para la organización, creo que no nos resultó difícil trabajar en equipo. En base a esta clase, coincidimos en que todas queríamos mostrar la imagen de una profesora organizada, interesada por sus alumnos, que trata de hacer que los alumnos participen y construyan su propio conocimiento, resultando en una clase estimulante y que, aunque en ciertas ocasiones lleva las riendas, muchas veces pasa el testigo a sus alumnos. 

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