BEATRIZ BLANCO FUENTES
MARINA DONADO ALONSO
CRISTINA SÁNCHEZ MEDEL
Debido a la cantidad de aspectos
vinculados con los contenidos de la asignatura que surgieron a raíz de la
visualización de la película el pasado día 14 de diciembre y que se pusieron de
manifiesto en el debate posterior, hemos creído oportuno plasmar aquí las ideas
más importantes sobre las que hemos reflexionado para sacarle más partido a la
actividad.
El largometraje muestra el desarrollo de
un curso escolar en una clase concreta de un centro educativo francés. El
instituto está contextualizado en un barrio parisino caracterizado por la
diversidad cultural y un estatus socioeconómico modesto. Resulta interesante
fijarse en actitudes de los docentes del equipo en las que ponen de manifiesto
sus concepciones sobre los alumnos y sobre la educación en sí misma. Así, a
modo de ejemplo, en una escena inicial se muestra cómo los veteranos ponen al
día a los nuevos docentes sobre qué alumno es “bueno” o “malo”. Creemos que los
profesionales que parten de esta premisa, poco van a hacer por promover el
cambio en los alumnos.
Un tema muy debatido durante la
sesión fue la figura del profesor protagonista. Se plantea que utiliza una
metodología de aprendizaje por descubrimiento, pero que ésta muchas veces se le
va da las manos, ya que no la lleva a término de la manera más adecuada. Por
ejemplo, hay una escena en la que los jóvenes reprochan al profesor la escasa
utilidad que perciben sobre el dominio de un tiempo verbal. Es ahí cuando el
adulto expone que primero hay que dominar los conocimientos y después
cuestionar su utilidad. Este es otro factor que nos da valiosa información
sobre el modo en el cual va a desempeñar el docente su trabajo.
Otro ejemplo de situación que al docente
se le va de las manos es cuando surgen dudas que no están relacionadas con el
contenido de las asignaturas, cuando le preguntan por el claustro de
profesores, cuando le preguntan si es homosexual,… El docente sabe que es
importante saber tratar este tipo de temas en clase, pero no lo hace de manera
adecuada. Acaba siempre excusándose y preocupándose por cuestiones que no ayudan
al alumno a comprender nada, llegando además a perder los nervios delante de
sus alumnos un par de veces.
Por otro lado, y esta vez a favor
del profesor, hay que decir que es benevolente con los alumnos disruptivos y
les defiende ante el equipo porque sabe que va a ser el único en salir en su
defensa, hace intentos por comprender lo que ocurre más allá de los muros,
individualizar los casos. Por tanto, se aprecia una diferencia notable entre
unos y otros ya que el protagonista no tiene apoyos por parte del claustro que
deciden pasar de todo limitarse a impartir su asignatura y no centrarse en los
problemas, necesidades e intereses que pueda presentar cada alumnado a
diferencia del protagonista. Nos llama la atención los temas que son tratados
en el claustro y ver que es más importante la noticia de una máquina de café
rota que el intentar llegar a una conclusión sobre cómo tratar a los alumnos
según su conducta. Ya que en el colegio prima la sanción pero no valoran a los estudiantes
cuando hacen cosas bien. Se habla de establecer un programa por puntos y restar
puntos a los que se porten inadecuadamente pero como siempre, ven este sistema
desde el alumno disruptivo, en cuanto entra en escena el alumno aplicado
literalmente no saben qué hacer con él.
Como conclusión nos gustaría mencionar
una de las últimas escenas en la que sale una alumna de la clase a la que no se
le había dado protagonismo ninguno, pues la película está rodada de tal manera
que el espectador sólo vea lo que el profesor ve (por lo que el propio
largometraje nos deja caer que el profesor tampoco le ha prestado mucha
atención a esta alumna en el desarrollo del curso escolar). Esta alumna se
acerca al profesor y le dice que no ha aprendido nada. Las preguntas que la
película deja en el aire para que el espectador responda son tales como por
ejemplo: ¿Esta niña no ha aprendido nada porque se le ha desatendido? ¿O
realmente ha aprendido más que todos al saber que no ha aprendido nada? ¿Es más
importante aprender los contenidos de las asignaturas o el pensamiento
autocrítico? En clase hubo muchísimos debates acerca de todo pero con respecto
a este tema la mayoría estábamos de acuerdo en que esa niña probablemente sea
la que más haya aprendido de todos los alumnos sin saberlo, pues demuestra una
madurez superior.
La pregunta que nosotras vamos a dejar
en el aire es: ¿Pero realmente aprendió la que más bajo el manto del profesor o
por su cuenta?
¿Qué pensáis?
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